MOTIVACIÓN
PALABRAS DEL DIRECTOR
Tomás Baliña
La idea del corto surgió por la muerte de mi abuela (la madre del protagonista). Fue la primera vez en mi vida que tuve la muerte tan cerca no solo a un nivel emocional, sino de verlo, acompañar hasta el último momento. Y fue esa experiencia lo que me hizo pensar en la inmortalidad y especialmente en cómo se ha tratado tanto en cine, como literatura e incluso historietas. Lo que buscaba era intentar proponer una visión personal sobre ese tema, y encontré esa interpretación propia en ver este concepto como algo tedioso y solitario, algo que hasta cierto punto podría ser insoportable para quien lo padece, como si la inmortalidad fuese una enfermedad anti-terminal. El tiempo y como lo percibimos fue algo que estuvo presente en todo momento al igual que el olvidar o lo doloroso de algunos recuerdos.
El formato corto lo elegí porque pensaba que era algo posible sabiendo que prácticamente no tenía recursos, ni técnicos, ni económicos, se planteó como una actividad padre e hijo a manera de juego con una cámara y un vestuario. Lo que siempre estuvo presente es no caer en lo que se espera tal vez de un primer cortometraje, especialmente con las locaciones, quería evitar filmar en una habitación o departamento por eso algo importante del rodaje fue viajar y buscar playas, bosques y sierras.
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